16 septiembre 2007

La sed


No tengo mucho que decir
con mi voz susurrante.
Acuno sentimientos
en el silencio desbordado
de la rutina y la realidad.
Sólo al abrigo de mis sueños
en la nocturnidad
de un abrazo dormido
encuentro sosiego en esta espera.
Sin la levedad de tu dulzura
no habría quizás sonrisas,
ni música...
sólo sabría de la nada...
Pero "estás aquí"
y cada día me elevo
con tu invitación a resistir la sed...
¡hasta que llegue un caudal de besos!
Mientras tanto,
sólo espero, sólo aguardo,
y en silencio ruego
que no se marchite mi pecho...